Marta Soto: la voz de un tiempo nuevo

Las letras azules y lilas del cartel de neón no tintinean. Iluminan, como una tímida promesa en la noche, una larga fila de gorros, bufandas y abrigos con las solapas levantadas que emiten viñetas de vaho a las puertas de la sala Galileo Galilei. Si el tiempo no fuera engullendo los días pasados la espera podría corresponder a la última película en cartel del antiguo cine Galileo, o a la presentación de un disco de Los Secretos o Antonio Vega. Pero el tiempo no se detiene. Sigue avanzando, como avanza ahora también el público que consiguió hacerse con una entrada y que esta primera noche del mes de febrero ha venido a escuchar en directo la voz de Marta Soto, la joven cantante de Punta Umbría que presenta su nuevo tema “Quiero verte”.

Los espectadores van ocupando los mil metros cuadrados de la sala repartidos en dos pisos mientras en el escenario esperan un teclado, una batería y una guitarra. Los afortunados que han conseguido una silla en las primeras filas beben satisfechos de sus copas, expectantes, mientras el resto escanea el espacio en busca de un lugar desde el que poder disfrutar, aunque sea de pie, del único concierto en Madrid de la gira que este mes recorrerá también otras salas de Barcelona, Valencia y Sevilla y donde ya han colgado el cartel de completo.

Media hora más tarde Marta Soto irrumpe en el escenario acompañada de sus dos músicos. Mira al público de frente con una sonrisa de niña alegre e ilusionada. Larga melena castaña, pantalones negros, anchos, y una elegante camiseta de tirantes. Se declara nerviosa. “Es muy especial para mí estar en esta sala a la que he venido tantas veces como público y ahora verme aquí arriba, al otro lado, buff.. esto es muy fuerte”. El público la arropa y ella lo agradece dispuesta a habitar su nuevo lugar en la sala. Se refugia en las cuerdas de su guitarra, cierra los ojos y cuando los vuelve a abrir empieza a cantar. 

La voz de Marta Soto hipnotiza. Atrapa el momento y no lo suelta. Es capaz de encapsular el tiempo, encerrarlo en su melodía e ir haciéndolo estallar delicadamente en el aire que la envuelve y que envuelve también a quién la escucha. Y mientras se sumerge en “Qué curiosidad” y “Entre otros cien” su voz va barriendo el frío de la calle, el pasado y todo el ruido del mundo y va dejando un espacio vacío, limpio y renovado, para acoger su nuevo tema “Quiero verte” y mantener el pulso con “Tantos bailes” y “Ya lo sabes”. Su repertorio no es todavía muy amplio pero en sus canciones despunta un estilo: letras alumbradas a fuego lento que arden en un tono intimista que roza la melancolía, sobrevuela la tristeza y se decanta por una vida en la que pasión y esperanza bailan juntas.

Sólo hay algo que se cuela en este tiempo cerrado: las lucecitas rojas de los móviles. Ojos digitales que registran el momento para amplificarlo en las redes, su primer escenario. En 2014, con 17 años, Marta empezó a colgar en su canal de youtube versiones de cantantes españoles de primera fila. En esas primeras actuaciones su voz flamenca coloreaba ya las canciones de India Martínez, Rozalén, Manuel Carrasco, Pablo Alborán, Antonio Orozco, Malú, Vanesa Martín o Alejandro Sanz. Fue precisamente éste último, al escuchar su versión de “A que no me dejas” quién le dio el primer espaldarazo a su carrera. Le habló de ella a Pablo Motos, presentador de “El Intermedio” y este la invitó a cantar en televisión la versión que llevaba meses esperando su oportunidad en la red. A partir de ese momento sus seguidores se multiplicaron y siguen creciendo. De eso no hace ni dos años y a día de hoy Marta cuenta con 50.000 suscritos a su canal de youtube, 11.000 seguidores en Instagram y 4.500 en twitter. También esta noche la cantante andaluza reserva un lugar para su versión de la letra de Alejandro Sanz. Sin embargo el aplauso inacabable del público al final del concierto es unánime: no son versiones lo que esperan de ella, sino lo que su voz viene a contarnos de este tiempo nuevo.